Día 6: Las Vegas

Como ayer no nos habíamos acostamos tarde, a la 9 ya estábamos en el EXCALIBUR desayunando en un Krispy Kreme. Y desde el Excalibur cogimos el monorraíl (gratuito) que nos llevó hasta el MANDALAY, ya que queríamos ver el acuario. El hotel es enorme y el “Aquarim Shark Reff” (17 $) no se queda corto tampoco, en ese acuario tienen como curiosidad cocodrilos dorados que parece ser que hay muy pocos en el mundo (nosotros no los habíamos visto nunca); a la entrada te dan un audio guía en español que va incluida en el precio. El hotel es enorme, desde el monorraíl hasta el acuario hay 15 minutos andando.

Después visita rápida al LUXOR, por fuera es espectacular, pero por dentro nos defraudó algo, parece que tenían reformas en aquellos momentos.


Y ya luego al bus (Deuce), pillamos el bono de 24 horas (5 $, y las 24 horas empiezan a contar desde su primer uso), el siguiente destino PARÍS; me alucinaba que hubieran 40º y que el agua de la fuente estuviera fresquita. A este hotel no le falta nada, la Opera, la Torre Eiffel, la fuente de la plaza del Obelisco, el puente Alejandro III (se pasa por él para subir a la Torre Eiffel); y sus techos son azules como si fueran el cielo.



Paseando bajo ese sol ardiente del desierto, llegamos al CAESARS PALACE, sí el Mandalay nos había parecido grande, esto ya era excesivo, cruzamos dos zonas de maquinitas para llegar a la galería comercial, y ver un espectáculo de fuentes “La caída del Atlantis”. Después de esto comimos algo rápido por allí. En este hotel el techo también es cielo azul.




Después de comer volvimos a nuestro hotel, para descansar un poco del calor, que a esas horas era insoportable. El descanso fue cortito, pero con la ducha salimos como nuevos.

Antes de salir de nuevo a la calle, nos jugamos nuestros primeros dólares a las maquinitas, fue un momentito para fumar un cigarrito y ver cómo funcionaban las maquinitas, nos jugamos un dólar por cabeza; eso sí, nos echamos unas buenas risas, porque no teníamos ni idea de cómo se jugaba. Al salir a la calle unas fotitos de nuestro hotel NEW YORK.




Sobre las 6 de la tarde continuamos nuestra ruta por el Strip, pillamos el bus hacia el Stratosphere (que está a la otra punta del Strip), el tráfico del Strip es infernal, pero es que en bus es interminable, porque además del tráfico en cada parada se está casi 10 minutos, así que debimos de tardar 40-50 minutos seguro, y eso que nos bajamos antes; pero por lo menos íbamos sentaditos y bien fresquitos. Para distancias grandes yo no recomendaría el bus, se pierde mucho tiempo.

El motivo de bajarnos antes fue para ver un poco por fuera el SAHARA.


Luego fuimos andando hasta el STRATOSPHERE, que a lo tonto a lo tonto aún quedaba un buen paseíto.

Subimos en el ascensor, para ello pasamos un control de seguridad; yo tan sólo subí para ver la panorámica de la ciudad de noche, pero los chicos también subieron a las 3 atracciones que hay en la terraza, y que son de vértigo total. La subida en ascensor fueron 13’95 $.


El ascensor junto las tres atracción les costó 27’95 $, pero hay que pensarlo antes de subir, ya que la taquilla está bajo, antes de subir en el ascensor. Una vez arriba, subir a las tres atracciones, no les llevó ni medio hora.

Las atracciones son las siguientes:
- Big Shot: te lanzan hacia arriba.
- Insanity-The Ride: saca el brazo fuera al vacío y gira.
- X Scream: baja como si se cayera.

Las vistas desde la terraza del STRATOSPHERE son impresionantes con todas las luces de la ciudad a tus pies, decir también que se agradecía el aire fresquito que corría en la terraza; nada que ver con la temperatura a pie de calle.


Después volvimos a pillar el bus hasta el TRESURE ISLAND para ver el espectáculo “Sirens”, llegamos con tiempo suficiente para tomarnos unas cervecitas bien fresquitas, unas Budweiser en botellas de aluminio que aguantan el frió que no veas, como te descuides se te congela la mano. Y descubrimos que estando alojados en hoteles de esa misma cadena (el nuestro incluido), te reservan una zona en primera línea, de pie pero cerquita; no lo teníamos muy claro, pero llegamos y enseñamos una tarjeta (la llave de la habitación) al de seguridad y para adentro. El espectáculo estaba bastante bien, una historia entre piratas chicos y piratas chicas o algo así; lo mejor eran los efectos especiales de los cañonazos, decir que es gratuito.

Tras el espectáculo bus de nuevo para ir al PARIS, ya era tarde y todavía no habíamos cenado, así que para no perder mucho tiempo, acabamos cenando unos pasteles deliciosos. El motivo de las prisas es que queríamos subir a la TORRE EIFFEL (12 $) y ya no quedaba mucho para la última ascensión, ya que cerraba a medianoche. Como el hotel esta frente al Bellagio, desde arriba vimos el penúltimo espectáculo y luego el de cierre que es a las 12, bueno en realidad empieza minutos antes y acaba a las 12 en punto, y como no, cierra con el himno americano.



Después pillamos un taxi para volver a la nuestro hotel, al llegar aprovechamos para dar una vueltecilla por dentro, ya que todavía no lo habíamos visto tranquilamente; y después de las fotos a dormir tras de otro día agotador.




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